Extendiendo un poco más el ámbito territorial de los gastromotos, en esta ocasión nos hemos vuelto a trasladar a tierras leonesas para disfrutar de una buena comida en un bar de la pequeña población de Caboalles de Abajo, en concreto en el bar Sardón, tel. 987490001. https://www.facebook.com/bar.xardon?fref=ts
Teníamos referencias de este lugar por las redes sociales y los foros moteros donde hablaban de sus amplísimas y buenas raciones de pulpo, de las que mucha gente comentaba que nada tenían que envidiar, e incluso superaban, al conocido pulpo de la localidad lucense de A Fonsagrada. Visto lo visto llamamos para reservar, algo necesario pues se trata de un local muy pequeño en el que los fines de semana no es fácil comer sin reserva previa. Baste decir que el comedor tiene solamente 4 mesas, si bien en el bar hay alguna más .
Una vez en el lugar, comprobamos que se trata del típico bar o chigre como decimos en Asturias, situado a pie de la carretera. El bar es de pequeñas dimensiones, si bien esta adecuadamente decorado al más puro estilo rural, en el que no faltan elementos decorativos procedentes del mundo agrario, así como una chimenea de piedra y las antiguas ollas de fundición de cobre de tres pies. Nada más llegar nos recibe su propietaria, por cierto muy agradable y conversadora. Tras un rato de charla pasamos al comedor, donde nos asentamos en una mesa para dos, con su mantel de papel y en la que había una bandeja con lacón cocido con pimientos verdes y rojos, regado todo ello con aceite de oliva virgen. El lacón tenía muy buen sabor, cocido en su justa medida. Los pimientos sabrosos, en especial los rojos y el aceite invitaba a mojar los trozos del típico pan gallego (aunque estamos en León). Pan de miga compacta y color grisáceo. La ración de lacón normal de tamaño, le daríamos una nota de un ocho.
Tras ésto y un pequeño rato de espera, llegó el pulpo. La primera impresión al verlo fue de autentico asombro, por lo gigantesca cantidad de lo que se suponía que eran dos raciones. Servido en una tabla de madera redonda y con el pulpo apicalado, de tal modo que formaba la misma silueta que la típica vara de hierba de los prados asturianos, con el pulpo cuidadosamente colocado trozo a trozo.
Si impresionante era la cantidad de pulpo, no lo era menos su calidad. Muy buen sabor y preparación, trozos de buen tamaño, sin que hubiera colas ni rebabas, sólo la parte gruesa de los tentáculos. Todo bien condimentado y con el punto de cocción perfecto, ni blando, ni duro, en su justa medida. En el fondo había algunas patatas cocidas, pero muy poquitas, siendo el 95% pulpo. Sin lugar a dudas le podemos dar una nota de un 9.5 .
Podemos asegurar que hemos saboreado el pulpo en varios sitios y éste es el mejor que hemos comido y sin lugar a dudas la ración mas exagerada nunca vista. Fuimos totalmente incapaces de terminarla, sobrando al menos una cuarta parte o más. Los postres, una mouse de limón casero y un helado comercial en barra. La comida la acompañamos con dos botellas de vino Riveiro embotellado de Viña Amoriño y agua natural. El precio total fue de 42 euros, unos 21 euros por persona, lo que hace que la relación, precio-calidad-cantidad esté muy equilibrada.
En definitiva, un sitio muy aconsejable para ir a comer. Por supuesto no se trata de un restaurante de la guía Michelin, es el típico bar de pueblo aunque algo pequeño. Tras valorar todos los aspectos la nota que le otorgamos es de un notable alto,un 8.5. Sin lugar a dudas volveremos muy pronto. Importante recordar que hay que llamar el día anterior para reservar.
Pd. Aquí os dejamos una foto de un par de gastromoteros con la simpática dueña del negocio, que pasaron por allí y refrendaron nuestra buena opinion sobre el pulpo de este lugar.