En esta ocasión, después de rutear por la zona de Arriondas y subir el maravilloso Puerto del Fito, nos detuvimos en Caravia, un pequeño municipio costero del oriente asturiano.
El lugar elegido para nuestro gastromoto fue el restaurante-hotel Caravia (tel. 985 85 30 14). Es un local elegante, limpio y situado al borde de la carretera. Los comedores son interiores con mantelerías de tela y un servicio muy amable.
La carta no es muy amplia pero suficiente. Son especialistas en pescados, la zona lo pide, y los precios unos euros por encima de la media.
El menú del día de fin de semana estaba a 22 euros y su composición (una sopa y merluza) nos pareció pobre, asi que decidimos comer a la carta.
Como entrante pedimos un pastel de oricios (notable) para compartir y después un plato por comensal. Nuestra elección fue el bacalao a la portuguesa (notable), lubina (notable) y cordero/cabritu guisado (notable). Todos los platos en cantidad suficiente, calidad buena del producto, buen sabor y buena preparación (nada aceitosa, algo muy importante).
Los postres eran caseros así que probamos la tarta de queso y el milhojas. Los dos buenos, aunque el milhojas espectacular (parece que no lo tienen a menudo. El precio fianl con unos cafeses a 33 euros por persona.
En resumen un buen lugar para comer, precios por encima de la media, buena calidad y buen servicio. Nuestra nota gastronómica sería un notable, pero la calidad-precio la baja a un 6,5.