Esta vez íbamos buscando un restaurante en la zona de Colunga, pero nuestras fuentes habían fallado y no apareció. Como solución de emergencia (y porque teníamos hambre) nos acercamos a Colunga, una pequeña villa turística cerca de Lastres que no es famosa por sus restaurantes (y con razón). Desembarcamos en el Llagar, una sidrería situada en la calle principal (Les Xuaques, 23, Colunga).
El local está bien decorado, en madera al estilo tradicional. La terraza con las mesas de plástico lo desmerece. Mantelerias de papel. El servicio muy amable y correcto.
Pedimos el menú de fin de semana (16 e). Los platos bien de cantidad, preparación normal, la comida bien, sin mucho aceite y poca sal. pedimos Pastel de cabracho, ensalada y fideua con almejas. Las tres cosas decentes, merecedoras de un bien.
Como segundo pasamos a un entrecot, una dorada a la plancha y unos escalopines al cabrales. Los dos últimos platos aprobados (un seis)…………….
………peroooo….el entrecot que nos pusieron tenía un fuerte sabor a jabón. No nos hemos muerto, así que no fue nada, pero denota que en la cocina no cuidan algunos detalles. Seguramente la plancha la habían enjabonado, pero no la limpiaron adecuadamente. Por favor que les sirva de critica constructiva. Reconozco que el resto de la comida estaba bien (por lo menos en apariencia). Los postres caseros (flan o natillas) de siete, lo mejor del día, junto con la atención del camarero, que se portó.
Un local que podría tener una nota de seis y es decente para estar en Colunga (donde no se come muy bien para ser Asturias)….pero nuestra nota es un tres, suspenso…hay que tener cuidado en la cocina señores, en casa cada uno que cocine como quiera, pero cara al publico hay que ir con mucho cuidadin. No volveremos de momento. Parece que Colunga sigue sin despegar gastronomicamente hablando para nosotros.