Aprovechando los últimos coletazos del verano, aunque ya metidos en el Otoño, decidimos subir el Puerto de Pajares y acercarnos a León, nuestra vecina provincia del sur. Para llegar allí Pajares es un buen camino, con curvas, buen asfalto y bonitos paisajes. En Villamanín nos desviamos hacia Casares y Rodiezmo, por una pequeña carretera comarcal (ojo con los animales sueltos) que llega al Puerto de Aralla, atravesándolo por un túnel. Desde allí bordeando el embalse de Barrios de Luna llegamos a León capital por una calzada muy bien asfaltada entre unos paisajes preciosos.
A pocos kilómetros de León tenemos el pequeño pueblo de Valdevimbre, famoso por sus bodegas de vino y restaurantes construidos en los antiguos subterráneos. Hay unos cuantos, pero esta vez nos decidimos por la Cueva del Túnel, pegada a la del Cura (una de nuestras favoritas).
La Cueva del Túnel es un restaurante dentro de una enorme bodega subterránea. Su cocina es un poco más chic que las de los alrededores con una buena carta a precios normales. Dispone de una terraza en el exterior para tomarse un café después de comer (o antes). El servicio fue amable y rápido. Mantelerias de tela y bonita decoración y ambiente, con mesas amplias.
Nos decidimos por probar una tortilla guisada (muy típica de la zona) por 14€, de notable. Como platos principales degustamos lechazo castellano al horno (buena calidad aunque un poco seco, un siete), bacalao al ajo arriero (de sobresaliente) y solomillo (de notable).
Cantidades y calidad de los productos de notable. Carta de vinos variada, recomendamos algún caldo de la zona (uva prieto picudo) y postres caseros de notable (muy típicos los canutillos).
Un local de precios normales, buena decoración y ambiente, servicio muy correcto y comida de notable. Nuestra nota un ocho.