En la zona de Muros del Nalón, en la desembocadura del río del mismo nombre, nos encontramos con el antiguo y gran puerto carbonero asturiano de San Esteban de Pravia. Hoy en día la industria a dado paso a un tranquilo pueblo que vive del turismo, de sus playas y de su piscina de agua salada. Aquí hemos descubierto el restaurante Cam de la Ribera, en pleno paseo marítimo:
http://www.camderibera.com/
El local es moderno, con una decoración cuidada y chic. Dispone de una buena terraza cubierta con unas bonitas vistas a la desembocadura del río Nalón. Un lugar ideal para disfrutar de una bebida tranquila en buena compañía. El servicio muy amable y correcto, muy profesional. Mantelerias de tela y música relajante de jazz como fondo en el comedor, separado del bar, cosa que se agradece. Las mesas grandes y unas sillas modernas pero muy cómodas. La presentación de los platos muy cuidada y cambio de cubertería entre plato y plato. Disponen de una carta amplia, con especialidad en los pescados. Los precios a la carta no son baratos, pero son justos. Lo mejor son los menús cerrados que disponen. a 14 euros por semana y a 15 euros los festivos. Entrante, primero, segundo, postre y bebidas. Unas tostas con queso fundido y jamón iberico nos sirvieron de aperitivo
Como primeros, nos decantamos por un revuelto de setas y champiñones (espectacular de sabor con unas setas y champiñones naturales exquisitos, nada de productos d elata como hemos visto en otros lugares que presumen más) y cecina con queso de cabra (cantidad normal, calidad muy alta).
Como segundos nos decidimos por una merluza al horno con patatines panadera (buena ración, preparación excelente con aceite de oliva, calidad del pescado muy buena) y una fideua marinera(de diez, en cantidad y calidad de los moluscos con berberechos, mejillones, almejas, gambas y zamburiñas).
Los postres todos caseros, muy ricos, aunque quizás de pequeño tamaño. Probamos el flan hojaldrado y un helado con salsa de nueces. Bien es cierto que a estas alturas de la comida ya casi no son necesarios. La casa nos invito a unos sorbetes para rematar la velada.
En resumen un lugar muy aconsejable en esta zona de la costa asturiana, donde en verano abundan las clavadas a nuestros bolsillos. En este caso la calidad de los productos, su preparación, el servicio y el precio contenido son claves para recomendarlo. Una cocina que se sale de lo clásico en un ambiente rozando el lujo a un precio muy justo. Nuestra nota un 9,5. Volveremos.