Aprovechando unos días moteros por Cantabria, pernoctando en su capital, Santander, me acerque a tapear algo por la zona del antiguo barrio de pescadores de la ciudad: Tetuán. Allí se encuentran tabernas de las de toda la vida, donde te sirven un aperitivo con la consumición (en el resto de la ciudad se paga por ello) y disponen de una buena variedad de pescados y mariscos a precios para todos los gustos.
El Marucho es una de esas marisquerías-restaurantes donde se puede tomar un bogavante y también tapear en barra. A los aficionados a la carne siento decepcionarlos porque aquí no encontraran nada que les haga tilín, solamente se vende producto fresco y de la mar. Está situado en la Calle Tetuán 21.
El local es un bar de pescadores de toda la vida, decoración agradable, pequeño (no reservan mesa), limpio aunque apretado. Mantelerias de papel, aunque la servilleta es de tela. El servicio es muy amable y eficaz.
Degustamos productos de su carta:
Unas rabas de calamar (ración 11 €), un producto muy típico de Santander. Calidad y sabor de nueve.
Unas albóndigas de rape (14 €), plato original, muy sabroso y en su punto. De nueve.
Lubina a la plancha (20 €), plato de los de toda la vida, buena ración, bien preparado, con patatas cocidas y ensalada. De notable.
Todos los productos frescos, buena calidad, nada de aceite requemado, todo perfecto. Un local para repetir si se quiere comer buenos pescados a un precio módico. Nuestra nota un ocho en relación calidad-precio.