Con los días invernales y las heladas no nos queda más remedio que movernos por carreteras principales, buscando restaurantes más céntricos. En esta ocasión le tocó el turno a Casa Aurelio, en Pruvia (Llanera) a poca distancia de Oviedo.
Es un restaurante
amplio, con aparcamiento, servicio atento y profesional. El local está limpio, mantelerías
de tela, decoración moderna pero discreta y acogedora.
En un fin de semana frío pero sin hielo en las carreteras asturianas realizamos una pequeña ruta que nos llevó por los preciosos paisajes de las carreteras locales entre Infiesto y Colunga. Os recomendamos una ruta por esa zona casi desconocida, repleta de pequeñas aldeas casi olvidadas pero con unos preciosos valles verdes y empinados. Desde Infiesto la AS-225 nos lleva hasta el alto de la encrucijada, desde donde iremos hacia Torazo (con su spa-hotel) y la AS-334 hasta su desvío con la CB-10 y luego la CB-2 hacia Anayo, donde podemos parar a tomar un café. Ojo con estas carreteras ya que su estado no está para muchas florituras, pero los paisajes merecen la pena. Desde Anayo seguiremos hacia la AS-258 hasta Libardon donde cogeremos la CL-2 que nos acercará hasta Colunga siguiendo el trazdo de uno de los más míticos tramos de rally español, donde nos detendremos a comer.
Nuestra ruta semanal terminó en Noreña, una pequeña villa
del centro de Asturias con una zona central repleta de sidrerías y cafeterías con
unas apetecibles terrazas para tomarse algo.
Nosotros decidimos
comer en la sidrería el Guarapu, situada frente al apeadero de FEVE de Noreña.
Es un local moderno, bien decorado y aparentemente limpio, aunque dentro había bastantes
mosquitos, lo que nos hace dudar un poco de lo anterior.
Aun así decidimos
probar el sitio. La carta es variada, precios un par de euros por encima de la
media. El servicio amable, aunque parece que la casa solamente sirve sidra si
la escancian ellos y no disponen de los taponcitos para el escanciado por el cliente (algo
opcional que suele ser normal para los que no nos gusta beber gran cantidad de
sidra y que no necesitamos el escanciado manual). Nosotros, al ser mañosos
hicimos uno con un corcho y una navajita, como se ha hecho toda la vida en
Asturias. Un mal detalle para el cliente, ya que da la sensación que el único objetivo
de esta medida es cebar al cliente a sidra y vender botellas. Esto lo señalo
para los turistas o personas poco familiarizadas con las sidrerías asturianas.
Tenemos que reconocer que es el primer lugar donde nos pasa.
Sobre la comida
determinamos compartir unos chipirones a la plancha encebollados (12€) y unas
croquetas caseras de jamón (10€). Las dos fueron unas raciones abundantes y de
buena calidad-sabor. Quizás las croquetas mejores que los chipirones, pero los
dos de notable.
Como platos principales
nos decantamos por un entrecot (22€), una paletilla de lechazo (24€), bacalao a
la parrilla (22€), bacalao al pil pil (22€) y bacalao rebozado en maíz (22€).
Las carnes correctas, aunque la parrilla era de gas y no de leña, por lo que el
sabor no es el mismo, pero buenas raciones. Los bacalaos muy buenos, raciones
grandes, buena guarnición, aunque el bacalao al maíz un poco seco (habitual al
estar rebozado).
En general buenas raciones, preparación buena y calidad de notable, pero parrilla de gas y precios muy altos para la calidad-servicio del local. La factura salió por 35€ persona. Nuestra nota general un cinco, aunque la comida podría tener un notable bajo. No recomendamos el lugar.